domingo, 24 de julio de 2016

modulo 4 Conociendo mi Universidad

UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS ESPE
Nombre: Galo Arévalo
               Mónica Amanta
               Deyvi Asqui
               Stalin Carvajal
               Evelyn Cadena
Grupo N° 1
Preguntas

a)    POR QUÉ ESCOGÍ ESTE PERSONAJE

Se escogió a este personaje ya que fue un pilar muy importante en la historia del Ecuador y de la universidad de las fuerzas armadas ESPE. El Gral. Comandante de la Fuerza Terrestre ecuatoriana siempre mostró su Pasión por la patria, el ejército, las FFAA, y principalmente por el pueblo ecuatoriano.



Así mismo demostró el gusto hacia la pedagogía (educación), la agricultura. Fue mentalizador, colaborador, propulsor y catalizador para la creación del instituto IASA (Instituto Agrícola Superior Andino) de la ESPE y por sus grandes cualidades  se distinguió por su lealtad, disciplina, determinación y dignidad ante sus superiores y por su Justicia y respeto para sus subalternos. Estas nobles cualidades lo caracterizaron a lo largo de toda su carrera militar y es inspirador conocer a fondo la historia de este hombre tan ilustre. 
a)     ¿CÓMO FUE SU ENTORNO FAMILIAR?
Estirpe y casta del ejército ecuatoriano de vanguardia.

Características, semblanza, rasgos y atributos de Carlomagno Andrade:
Nacionalidad: Ecuatoriano
Lugar de Nacimiento: Quito
Gentilicio:     Quiteño
Profesión: Militar del ejército ecuatoriano
Rango:      Gral. Comandante de la Fuerza Terrestre ecuatoriana
Estatura:   más de 1.85 m.
Piel: Blanca
Ojos: claros
Su Pasión: la patria, el ejército, las FFAA, el pueblo ecuatoriano y el paracaidismo.
Gustos: la pedagogía (educación), la agricultura.
Comando: Paracaidista, Boina Roja, fuerzas especiales.
Estirpe, Élite de las FFAA ecuatorianas
Experiencia en Guerra: Comandante y combatiente en Paquisha en 1981. (Conflicto armado: Ecuador - Perú).
Año de Nacimiento: 1939
Año de Fallecimiento: 1992, en un accidente aéreo, él tenía 53 años.

Su padre fue don Carlos Alberto Andrade Sosa, hombre de una profunda fe cristiana y de una auténtica convicción religiosa. Participó muy activamente como miembro de la Congregación del Señor de la Buena Esperanza. En su juventud se desempeñó como maestro de educación primaria en la ciudad de Cuenca y se esperaba un futuro similar para su hijo, pero el general tenía otros planes.



b)   ¿CUALES FUERON LOS PRINCIPALES SUCESOS A LA LARGO DE SU VIDA?
Pasadas todas las exigentes pruebas físicas, intelectuales, psicológicas, médicas y las consecuentes entrevistas de la familia con el meritísimo Director del Colegio, el ejemplar coronel Jorge Gortaire, por fin, el 14 de Octubre de 1956, fue dado de alta como cadete del Colegio Militar.
Dura fue la formación recibida en el viejo Colegio de la Pradera. La conciencia de los especiales valores que debían adornar a los oficiales para que sean capaces de soportar las fatigas de la vida militar, de la campaña y, de ser el caso, de la propia guerra, así como la certeza de que los jóvenes al egresar tendrían que desempeñarse como auténticos líderes en las unidades militares, orientaba un régimen de exigencias muchas veces drásticas, agravadas en no pocos casos por arbitrariedades en el ejercicio de la autoridad, sustentadas en el marco de una mal entendida tradición. Los tres primeros meses eran una especie de prueba de fuego: internos, con apenas una tarde a la semana para visitas de los familiares, con rutinas agotadoras de más de dieciséis horas diarias... Muchos jóvenes se retiraban del Colegio a los pocos días de su Ingreso. Solamente una gran vocación y autoestima podían sostener a quienes continuaban sus estudios sabiendo que, aunque con ciertas atenuaciones posteriores, ese sería el régimen para los próximos cinco años.
La vida del Cadete era de casi completo aislamiento. Nunca se leía un periódico, no se podía tener una radio, tampoco existía la televisión. Solamente el día domingo el Cadete se enteraba de los acontecimientos de la semana.
Carlomagno fue un muy buen Cadete. Todos quienes lo conocimos en aquella época lo recordamos como un joven serio, responsable, reservado, que ejercía la autoridad con los cadetes de los cursos inferiores sin acudir al abuso y la arbitrariedad, tan comunes en jóvenes que tenían un poder que generalmente no correspondía a su edad y grado de madurez. Nunca se le conoció un acto innoble; siempre se mostró comedido, respetuoso y cortés.
Como estudiante fue normal. Excepto el cuarto año en que tuvo que presentarse a rendir exámenes supletorios, los demás los aprobó sin ninguna novedad. El 25 de julio de 1959 obtuvo su título de bachiller. El tribunal estuvo presidido por el entonces mayor Luis Jácome Chávez, de quien sería años después Ayudante, en la Academia de Guerra del Ejército. Lo conformaban esos extraordinarios profesores que tuvo el Colegio en aquellos años: el Lcdo. Hernán Yépez Guerrero, el doctor Francisco Acosta Yépez, el doctor Jorge Vallarino Donoso y el Dr. Raúl Gómez Jurado Alarcón.

  • Carlomagno Andrade, Oficial Subalterno
1961, año de la graduación de Carlomagno Andrade de Oficial, fue testigo de acontecimientos decisivos en la historia de la humanidad: el fracaso de la invasión norteamericana a Cuba, el inicio de la construcción del muro de Berlín, la radicalización del enfrentamiento bipolar, en lo externo. En lo interno, un nuevo fracaso político del Velasquismo; los enfrentamientos fratricidas que, felizmente, no trascendieron negativamente en la unidad de las Fuerzas Armadas, que abrazaron distintas posiciones en la controvertida sucesión presidencial; y el advenimiento de Carlos Julio Arosemena al poder.
Su primera destinación fue a la frontera sur-occidental. Para los militares la provincia de El Oro, mártir de la invasión peruana de 1941, es un símbolo y un compromiso. En esas tierras hermosas y muy ricas, inscribieron sus nombres en la gloria la mayoría de los héroes nacionales, huyo comportamiento ejemplar motivó la vocación de quienes, desde que tuvimos uso de razón comenzamos a entender la enorme tragedia que significó para nuestro país ese desgraciado acontecimiento bélico. Por esas razones, como un complemento de la formación recibida en el Colegio Militar, la mayor parte de los subtenientes, al graduarse. Eran y son destinados a esa acogedora región. A Carlomagno le correspondió el pase la ciudad de Arenillas, sede del Batallón Constitución.
  • Carlomagno Andrade, Oficial Superior
Terminó su Curso en agosto de 1974 y fue luego designado a CAME -1, en el Valle de los Chillos, muy cerca de la ciudad de Quito. Allí ascendió al grado de mayor y, requerido por la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales, fue dado el pase a dicho Instituto, como profesor, en abril de 1975.
Fue profesor de Táctica y lo hizo muy bien; sus alumnos recuerdan la enorme dedicación que le puso a la cátedra, tarea siempre complicada, tratándose de alumnos capitanes, profesionales experimentados y exigentes con sus profesores.
Encontrándose de profesor en la Escuela de Perfeccionamiento, inició estudios en la Escuela Politécnica del Ejército. Se matriculó en Ingeniería Industrial, y posiblemente habría culminado esa carrera de no mediar acontecimientos institucionales que motivaron un nuevo pase a la frontera.
  • Carlomagno Andrade En El Conflicto Bélico De Paquisha (1981). Entre Ecuador Y Perú.                                   
Carlomagno Andrade Combatiente Y Comandante Del Agrupamiento "Cóndor", De Las Fuerzas Especiales Del Ejército Y De La Infantería De Marina
Iniciaba el año de 1981. Nos encontrábamos dedicados a la apasionante labor pedagógica, trabajando con los futuros mandos del ejército, cuando se produjeron los primeros Incidentes en la Cordillera de El Cóndor. Todo el ejército fue puesto sobre las armas. Nuestros alumnos comenzaron a ser designados a completar las Unidades que vertiginosamente se trasladaban a la frontera. Luego los profesores. Inicialmente Carlomagno fue pedido por la Dirección de Logística, otros fuimos a conformar el mando de la División de Ejército en El Oro. Cuando llegamos a Machala nos enteramos que se había reforzado la Cordillera con elementos de Fuerzas Especiales al mando del teniente coronel Carlomagno Andrade. Una vez más, cuando se necesitaba alguien en quien se pudiera confiar para una misión difícil, el mando acudía a ese Jefe militar, virtuoso y abnegado. Líder por excelencia, al cual la Patria podía encargar su defensa sabiendo que no dejaría nada por hacer para asegurarse el cumplimiento fiel de su misión.
a)    COMO FUE SU EDUCACIÓN EN CASA Y SU EDUCACIÓN FORMAL
                               
Carlomagno Andrade nació un 30 de enero, el año de 1939 en Quito, ciudad conventual, recoleta y politizada, centro de un poder político huérfano a la época del control económico, en lucha esforzada aunque estéril por competir con la pujante burguesía de la Costa.

Quito ciudad de burócratas, sacerdotes y militares, tan distante de los terribles acontecimientos que estremecían a la humanidad. Ciudad hermosa, enclavada entre paisajes privilegiados, acunada por montes y volcanes de singular belleza que parecen escoltarle como gallarda guardia de honor.


Era, también, un centro educativo y cultural que venían estudiantes de las diversas latitudes de la Patria, ya que la democratización de la enseñanza y la laicidad permitían el acceso de cada vez más amplios sectores de la población a Colegios de la categoría del Mejía, del Juan Montalvo, del San Gabriel, regentado por los padres Jesuitas y del Militar Eloy Alfaro, para varones; Manuela Cañizares y 24 de Mayo para mujeres.

Carlomagno nació en el centro colonial y adusto de esta particular ciudad. En la parroquia de San Roque, en la calle Manuel Quiroga. Después, por asuntos del trabajo de su padre. La familia pasó a vivir en la parroquia La Magdalena. En el sur de la ciudad. Esta circunstancia le permitió realizar sus estudios primarios en la prestigiosa escuela de los Hermanos Cristianos de la Salle.
Vino al mundo en el seno de una típica familia de la clase media serrana; su padre fue don Carlos Alberto Andrade Sosa, hombre de una profunda fe cristiana y de una auténtica convicción religiosa. Participó muy activamente como miembro de la Congregación del Señor de la Buena Esperanza. En su juventud se desempeñó como maestro de educación primaria en la ciudad de Cuenca. Trabajó, después, en el Servicio Químico del Ejército y luego en la Caja del Seguro, hoy Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, en el cual se jubiló.
Su madre, Isolina Paredes Vela, nacida en la pequeña población de Tanicuchi, provincia de Cotopaxi, fue una mujer piadosa. Aceptaba haber sido estricta en la formación espiritual de sus hijos, de los cuales prefirió a Carlomagno, seguramente por ser el primero, por las bondades de su carácter y también por su permanente ausencia, desde los días de su vida de interno en el Seminario hasta los largos períodos que debió servir en todos los rincones del País.
Los abuelos paternos de Carlomagno Andrade fueron Fidel Andrade Balseca y Lucinda Sosa Gallardo; por parte de su madre, Timoteo Paredes Merino y Victoria Yánez. Todos los apellidos de sus ancestros son de familias de antiguo asentamiento en la sierra centro y norte del Ecuador.
Los años en los que transcurrió su infancia fueron preponderantemente bélicos. Cuando ingresa a la escuela primaria ha vivido la mitad de esa década trágica que fue testigo de la segunda guerra mundial. La excelente educación brindada por los Hermanos Cristianos, mezcla en su espíritu sentimientos místicos e insatisfacciones cívicas que conformarán su carácter hasta los días finales de su existencia. Admira la edificante vida del patrono de su Escuela, el hermano Miguel, cuyo ejemplo es motivante para los niños educados bajo la Imagen tutelar del Santo cuencano.
Don Carlos, su padre fue, como se dijo anteriormente, un hombre de profundas convicciones religiosas. Es entendible, por lo mismo, que habrá deseado, muy íntimamente, que su primer hijo sea sacerdote. Así, en 1952, Carlomagno ingresa como interno al colegio Loyola, de los padres jesuitas. La vida del internado es de intensos estudios, de estricta formación religiosa y de sostenidos esfuerzos físicos. Allí comienza a formarse en esa austera y estricta disciplina que fue característica de su vida. Durante aquel período, cada semana, los días domingo, la familia emprende el paseo hacia el Seminario, ubicado en Cotocollao, entonces pequeño pueblito aledaño a Quito, hoy uno de sus barrios, para pasar con su hijo las cortas horas permitidas para las visitas.
Las vacaciones del colegio coinciden con el período ordinario de sesiones del Congreso Nacional. Consciente de la necesidad de contribuir al sustento de la familia, consigue emplearse como mensajero. El trabajo consiste en hacer pequeños encargos para los legisladores: llevar correspondencia y otras tareas de similar naturaleza. A cambio recibe propinas que dependen, más que de la dificultad de los trabajos, de la generosidad de los senadores y diputados. En los momentos en que no está realizando algún encargo escucha atento las intervenciones de los legisladores y comienza a hacerse su propia imagen de la política nacional, de los problemas que soporta el país y de las noticias que llegan del exterior.
Temas  de la guerra fría y las Intervenciones magistrales de algunos legisladores motivan interesantes reflexiones y comentarios del joven Carlomagno en las reuniones familiares.
Comprende que su vocación no es la de la vida religiosa y sale del Seminario. Ingresa al Instituto Nacional Mejía. Cursa en él solamente un año lectivo. Pasa luego al colegio normal católico "Carlos María de la Torre", en el cual termina el tercer curso de bachillerato, con la firme decisión de plantearles a sus padres su interés por ingresar al Colegio Militar, para enrolarse en la carrera de las armas.
En esos días la familia Andrade vive en la calle Rumipamba, en la casa número 444. Son cinco hermanos: Carlomagno de 17 años, Mario de 14, Héctor Aníbal de 11, Wilson de 7 y Ruth de 5.
Entonces, como hoy, no era fácil ingresar en el Colegio Militar. La selección era rigurosa y se necesitaba realizar gastos significativos para la adquisición de uniformes y equipo. Carlomagno planteó a sus padres su interés por ingresar en la carrera militar. Ellos le apoyan. En su solicitud de ingreso al Colegio Militar afirma: "....cuento con el asentimiento de mis padres, que firman conmigo la presente solicitud...Por cuanto reúno los requisitos reglamentarios, pido a Ud. señor Director, se digne tomarme en cuenta como aspirante a Cadete para el próximo periodo lectivo de 1956 a 1957, pues deseo prepararme para obtener el grado de subteniente del Ejército."
En el certificado de buena conducta presentado al Colegio, por alguien cuya firma es difícil descifrar, se puede leer lo siguiente: "...certifico que conozco a dicho aspirante, como también a sus padres que tienen a su favor una vida de total consagración al trabajo y educación de sus hijos, siendo el aspirante en mención estudiante serio, franco, dotado de carácter enérgico, de probada rectitud, honorabilidad y de muy buena conducta, cualidades que pueden hacer del peticionario un muy buen cadete del Colegio Militar..."
Como se ve que, en efecto, esta persona conocía muy bien a la familia Andrade Paredes, porque sus afirmaciones resumen de manera fiel los méritos que les adornaron y que aún hoy día les caracteriza. No se equivocó, además, al pronosticar que el joven Carlomagno llegaría a ser un muy buen cadete, porque en efecto lo fue durante los cinco años de su paso por el Colegio Militar "Eloy Alfaro."



b)   ¿Cuáles fueron sus principales logros personales y profesionales?

f)      ¿Cuáles fueron sus principales retos y como los supo solucionar?
*Servir a la patria, sacrificada y eficazmente, donde la patria lo requirió.



*Veló por la integridad de sus fronteras. Evitar un conflicto armado entre las naciones fronterizas era indispensable para el general.



*En la Guerra de Paquisha (1981) en él que él fue comandante y combatiente en la cordillera del cóndor. Respondió con valor, lealtad y determinación a su país.




*Su valor físico y moral, fue muchas veces sometido a pruebas cruciales y respondió airosamente, pero sin aspavientos.




*Tuvo una trágica muerte en acto extraordinario de servicio a la patria.

f)     ¿Porque motivos es reconocido en la universidad?


Carlomagno Andrade Paredes fue una persona ilustre, sin la cual la Universidad De Las Fuerzas Armadas ESPE, no hubiera llegado a ser lo que es hoy en día. A él le debemos la creación del Instituto Agropecuario Superior Andino “IASA” el cual lleva el nombre del General Del Ejército Ecuatoriano Carlomagno Andrade Paredes.
La Carrera surge como un proyecto innovador, con el avance tecnológico, las necesidades del entorno y la difusión de proyectos,  trascendiendo barreras nacionales, proyectándose a nivel internacional, por tal motivo, la carrera de Ingeniería Agropecuaria se ha convertido en una carrera de corte clásico.
 Esta institución está dedicada al desarrollo económico del país mediante la agricultura, ganadería e industrialización del país. Por iniciativa del general Carlomagno Andrade Paredes, IASA nace un 4 de febrero de 1992, por resolución Nº 920011 del ilustre consejo politécnico de la ESPE. Esta inicia sus actividades el 4 de abril de 1994 en las instalaciones de la Hacienda “El Prado”

Carlomagno Andrade Paredes diseñó el proyecto como un centro alternativo integral de formación superior agropecuario, que combine la seriedad, credibilidad y otros valores de las Fuerzas Armadas, con las experiencias educativas nacionales e internacionales, y forme profesionales competentes e integrales que contribuyan a la solución de los problemas del agro, generando progreso social y crecimiento económico para el país.

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